Hay quienes perciben el aura con los ojos abiertos y quienes la perciben con los ojos cerrados.
La visión externa a veces genera un color interno distinto, en cambio cuando uno mira a través del tercer ojo no tenemos ese problema.
Leer más: Visualizando el auraSea que yo vaya a percibir el aura con los ojos abiertos o cerrados me tengo que ir de la vista de los dos ojos, para que no reemplace la vista del tercer ojo.
El problema por el cual no vemos el aura con facilidad, es porque nuestros ojos están acostumbrados a encontrarse con masa física. Todo lo que no es masa física lo barremos y lo dejamos sin ver. Tenemos que tratar de desenfocar la mirada para mirar con el tercer ojo.
La zona más sencilla para ver el aura es detrás de la nuca y al principio de la espalda.
Hay dos puntos que sirven para abrir nuestro tercer ojo y también para recordar auras ya vistas.
- Punto medio entre ambos hemisferios que lo ubicamos partiendo del centro de la frente a 3 cm. hacia arriba y 1 cm. hacia adentro de la cabeza. Es uno de los puntos de mayor atención conciente que podemos encontrar para entrar en un estado meditativo.
- Punto medio entre los dos oídos. Atravesando la cabeza por dentro se juntan en el centro en un punto. Concentrándonos en este punto inspirando, y exhalando un color, podemos mandar ese color a nuestra aura. Este punto, es el que más percibe. Ese punto muy importante para percibir toda vibración, sonido y para los practicantes de reiki se constituye en un punto de anclaje muy importante.
Vamos a concentrarnos con los ojos cerrados en el punto 1 por un rato y luego vamos a abrir los ojos para ver lo que haya delante nuestro (referido al aura). La luz puede estar detrás de uno pero nunca delante. Al principio hay que tratar de que sea con luz.
Los colores oscuros implican necesidad de sanación en ese espacio.
Si los colores son claros o brillantes es una zona sana.