El cuerpo etérico posee aproximadamente la misma extensión y forma que el cuerpo físico. Es el portador de las fuerzas modeladoras para el cuerpo físico, así como de la energía vital creadora y de todas las sensaciones físicas.
Atrae energías vitales del sol a través del chakra del plexo solar, y energías vitales de la tierra a través del chakra basal. Acumula estas energías y a través de los chakras (centros), y los nadis (meridianos), las conduce al cuerpo físico en flujos vitales ininterrumpidos.
Sirve también de intermediario entre los cuerpos energéticos superiores y el cuerpo físico. Transmite al cuerpo emocional y al cuerpo mental las informaciones que recogemos a través de los sentidos corporales, y simultáneamente transmite energías e informaciones desde los cuerpos superiores al cuerpo físico.
El cuerpo emocional, con frecuencia denominado también cuerpo astral, es el portador de nuestros sentimientos, de nuestras emociones y de las cualidades de nuestro carácter, ocupando aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo físico.
En el cuerpo emocional se hallan almacenadas, entre otras, todas nuestras emociones no liberadas, las angustias y agresiones conscientes e inconscientes, las sensaciones de soledad, rechazo, y falta de autoconfianza, etc.: emiten sus vibraciones a través del aura emocional y transmiten el mensaje inconsciente que enviamos al mundo exterior. Y aquí es donde se realiza el principio de la atracción mutua. Las frecuencias energéticas que emitimos atraen vibraciones energéticas iguales del entorno y se unen con ellas.
La mayor proporción de «nudos emocionales» de este cuerpo se encuentra localizada en la zona del plexo solar. Este chakra nos proporciona el acceso más directo a nuestras estructuras emocionales a través de la vivencia inmediata. Cuando las vibraciones de nuestro cuerpo espiritual se unen con el cuerpo emocional y lo penetran, éste comienza a vibrar más rápidamente y empieza a expulsar las energías negativas almacenadas, que tienen frecuencias menores. Con ello perdemos el recuerdo emocional de estas experiencias y podemos perdonarnos a nosotros mismos y a los demás.
Nuestros pensamientos e ideas, y nuestros conocimientos racionales e intuitivos, son portados por el cuerpo mental. Su vibración es mayor que la del cuerpo etérico y la del cuerpo emocional, y su estructura es menos compacta. Es de forma ovalada, y en el desarrollo superior del hombre su volumen puede extenderse hasta ocupar aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo emocional y el aura emocional juntos. La irradiación áurica del cuerpo mental tiene un alcance de unos cuantos metros más.
La auténtica función del cuerpo mental consiste en recoger las verdades universales que le llegan del plano del cuerpo espiritual e integrarlas con el entendimiento racional, que las transfiere a las situaciones concretas y lleva a una solución del problema en consonancia con las leyes universales.
El cuerpo espiritual, a menudo denominado también cuerpo causal, es el que mayor frecuencia de vibración posee de todos los cuerpos energéticos.
A través del cuerpo espiritual experimentamos la unidad interior con toda la vida. Nos une con el ser puro y divino, con la razón original omnipresente de la que han surgido y continúan surgiendo todas las manifestaciones en la creación. Desde este plano tenemos un acceso interior a todo cuanto existe en la creación.
Contamos con un complejo sistema energético en funcionamiento, sin el cual no podría existir el cuerpo físico, que está constituido, además de los cuerpos energéticos, por chakras, centros de energía y nadis, canales por los cuales circula la energía.
El sistema energético es el mediador entre lo material y lo espiritual de nuestro ser. Somos un todo y no partes aisladas. El cuerpo físico, la realidad emocional, las formas de pensamiento fluyen, se conectan entre sí y con los procesos espirituales o intuitivos, para volver de nuevo al cuerpo físico constituyendo un proceso continuo y simultáneo. Todos ellos, al estar interrelacionados, se afectan mutuamente ya sea positiva o negativamente. Lo importante es que podamos aprovechar esto para nuestro bien.
La verdadera riqueza no es la que está dada por lo que acumulamos en el plano físico sino, más bien, por la calidad de nuestra vida y la profundidad de las relaciones que entablamos con los demás.
Gracias….!!
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Lo mereces!
Querido Claudio: Me autorizas copiar algunos extractos de tu artículo en un diario local de ka ciudad de Iquique. Soy José Miguel Paredes e hice la maestría en Reiki contigo. Saludos hermano .
Hola José, sin problemas Master!
Y el alma sería el cuerpo espiritual o causal? Mil gracias Claudio. Saludos!!
Responde al cuerpo espiritual!
Muy interesante como siempre Maestro! Abrazo!
Gracias mil Susana!