Vivir bien es vida plena: la concepciòn occidental de la «buena vida»


En la tradición occidental la buena vida se nutre de dos fuentes: por un lado, el mito bíblico del jardín del Edén y, por otro, la visión aristotélica que liga la buena vida a la vida en la ciudad. En ambos casos se observa la separación respecto de la naturaleza y la definición contrapuesta al trabajo. Como sabemos, el paradigma semita separa a Dios de Naturaleza y, en medio, coloca al hombre como mayordomo encargado de concluir el trabajo creador, dominando la Tierra que el Creador puso a su servicio.

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