Padecer de jet lag mental no es una opción. Para quienes emprendan o retomen una actividad deliberadamente lenta como Reiki, yoga o meditación, notaran de inmediato una mejora significativa en su energía, dado que la velocidad implícita en las redes, relaciones, actividades, destruye la energía y negativiza a las personas
Es notable como estamos siendo llevados casi sin darnos cuenta y como si fuera algo inevitable, hacia una vida de ansiedad y nerviosismo constante. Como si el mundo fuera más rápido y los días se acortaran. Hasta tenemos explicaciones esotéricas acerca de que el día tendría menos horas que en otras épocas.
A mayor información, menos energía.
En realidad, es todo una cuestión de la cantidad de información que nos ponen a disposición. Esa inmediatez nos vuelve menos profundos en lo que indagamos, y todo lo “tocamos de oído” porque hay mucho más para (ansiosamente) conocer.
Nuevos esclavos, convencidos de que somos libres
Dicen que habrá un futuro con dos tipos de personas: una totalmente consciente de lo que ocurre y no dejando que interfieran en su energía, y otra que, aún dándose cuenta de “la gran manipulación” de su vitalidad a través de succionar su atención, quedarán atrapadas en los mails y pantallas, sin saber cómo salir. Estas últimas personas serán los nuevos pobres, los sin energía.
No se agote, vaya lento, viva atenta
Soy consciente de que estoy escribiendo esto para ser publicado en una red. Podemos usarla menos, podemos leer libros en papel, podemos conectarnos una vez a la semana, podemos caminar más despacio y de forma consciente, o también podemos cambiar el rumbo y a la vez de usar las redes, poner más atención en desarrollar una práctica como Reiki que te “obliga” a estar media o una hora, ajeno a las pantallas.
El deterioro de tu atención, en gran medida, proviene de la aceleración cotidiana
No somos multitareas, podemos tener uno, o a lo sumo dos pensamientos a la vez. porque nuestro cerebro es así. Que una computadora pueda hacer varias tareas, no implica que nosotros también. Somos humanos, tenemos un límite.
Reencontrarnos con nuestra vitalidad a través de alguna práctica reiki, nos devuelve como regalo, el hacer de cada instante de la vida, un momento de encanto, y poder realizar aquello que nos encante. Que es lo opuesto a vivir engañados con utopías irrealizables: mañana tendré tiempo para hacerlo, y ese mañana se posterga una y otra vez.
Te invito a cambiar una hora de tu semana. Comer sano si, actividad física si, suma ahora una hora de atención plena.