Claves culturales andinas que explican el «buen vivir»


En la reinterpretación de los principios andinos hecha por los misioneros europeos “allin ruay” o ‘haz bien las cosas’, fue sustituido por el “ama quella” católico del: “no seas ocioso”, es decir, se cambió el ‘haz bien las cosas’ por el ‘nunca dejes de trabajar’, que es casi lo mismo que ‘no seas ocioso’, esto seguramente para que el ‘indio’ trabaje ‘hasta que se muera’ en la extracción del oro y la plata que se enviaba a la corona. En la interpretaciòn de los principios de reiki hay algo de esto: se sustituyo la visiòn oriental con la cual fueron escritos por una version mas aceptada por occidente.


El “allin yachay” lo sustituyeron por el “ama llulla” o “no seas mentiroso”, al trastocar el significado de yachay, que significa saber, y de yuya que quiere decir ‘recordar’ o ‘pensar’, por ‘llulla’ que significa ‘mentira’, haciendo un uso lingüístico y semántico incorrecto en el uso de la ‘y’ y la ‘ll’, o pronunciándolas igual, tal como hasta ahora se practica (sobre todo en Lima y en el norte peruano). Saber bien, aprender bien, usar la sabiduría para bien, el buen saber.
El “allin munay” lo convirtieron en el “ama sua” o ‘no seas ladrón’, aprovechando que el principio o mandato andino de la “allin munay” se comprende como el ‘desea bien’ o ‘quiere bien’, es decir el ‘querer’, ‘amar’ o ‘desear’, como un acto de voluntad recta, equilibrada o “sana”; en cambio el “ama sua” o “no robes”, que nace de las prohibiciones católicas que se hacen con el fin de ‘combatir el mal’, tiene el significado de ‘no desear lo ajeno’, ‘no querer lo ajeno’ o ‘no ser un ladrón’; significados que no son asequibles o no tienen “lugar” dentro de la vida cotidiana y las costumbres culturales andinas.


Estos tres principios básicos de la vida del hombre andino han sido y son los que definen el ‘vivir bien’ en el ‘kay pacha’ o el equilibrio paritario de la vida como un “ajuste proporcional” que se genera entre el Hanan Pacha y el Uku Pacha cuando se da un tinkuy y se genera un taypi o chawpi, que es ‘el lugar’ de encuentro o de ‘justa proporción’ donde ‘se genera’ o aparece el Kay Pacha como ‘el momento o circunstancia’ en que sentimos o ‘vivimos’ (valga la redundancia) esa ‘vida plena’, -o más explícitamente aún-, el momento del “allinta ruraywan munay, Inka ñoqanchis kausay”, que traducido al castellano quiere decir, más o menos: “Haciendo bien las cosas y juntos con amor, Inkas viviremos siempre”.

De esta forma, el equilibrio pleno para el Sumaq Kawsay es ‘el darse’ de la justa proporción entre el ‘sentir y el pensar’, con el que se genera un ‘actuar pleno’ o allin ruay, y en donde el ‘criterio de verdad’, del estar haciendo bien las cosas, es una ch’ekkalluwa, palabra del runa simi, que traducida literalmente al castellano significa: “línea de la verdad” como la conciencia práctica y plena del momento y la circunstancia del orden natural del Sumaq Kawsay, la ‘vida plena’ o de la ‘esplendida existencia’, o como ‘buen existir’… desde el sentir (munay), el pensar (yachay) y el actuar (ruway) vinculados, equilibrados y recíprocos; o dicho de otra forma, existencia desde la sensibilidad andina para la vida, desde un actuar sintiendo y pensando complementaria y proporcionalmente… todo.

Esta es la dinámica del ‘vivir bien’ de nuestra cultura, que se afirma en “el manejo” de los dos Pachas y su realización en el “aquí y ahora”, o Kay pacha como el ideal de la formación de seres humanos adiestrados para no dar pasos por fuera de su vincularidad con la naturaleza y la vida; forma de vida que los qhapaq-runa y sus mejores ‘elementos’ o “maestros”, es decir, los que lograban convertirse en amaru runa, o en “hamautas” (del puquina: h’amuyiri, o también del aymara: h’amaytiri), ‘sembraban’, promovían y compartían. Un nuevo paralelo se da con la cultura reiki de oriente, donde tres son los elementos que constituyen la energìa de la naturaleza y la llave para hacer de la sociedad, a traves de un metodo de armonizacion, una comunidad con pleno equilibrio.


Se puede afirmar entonces que el equilibrio pleno y la vida plena para el Sumaq Kawsay (satori en japonès, objetivo de la pràctica reiki, difundida entre la gente comùn, procurando que se popularice y no sea dominio de las clases pudientes, de ahi que el costo de practicarlo necesariamente tiene que ser accesible), es producto de la ‘justa proporción’ entre el ‘sentir y el pensar’, en el que el ‘criterio de verdad’ (o ch’ekka) es la acción correcta (o allin ruway) afectiva y efectiva de la persona con el ‘orden natural’ o de la ‘vida plena’ o ‘esplendida existencia’.


Esta es la “filosofía simple” de nuestra cultura andina hasta ahora ocultada e ignorada, filosofía de la educación de nuestros niños andinos dentro de sus familias, para que aprendan a ‘hacer bien’ las cosas y ‘vivir bien’, y que nos diferencia de la cultura occidental y de otras culturas.

Pudiera parecerles a algunos que este “sentir y pensar en equilibrio” para la realización del Sumaq Kawsay es algo muy simple o sencillo, pero no debiera sub-estimarse o perderse de vista que la enseñanza del “hacer algo” sintiendo y pensando en equilibrio crea “otra praxis”, una muy diferente a la de la escuela occidental en la que se forman seres humanos para que “piensen bien” (es la formación-programación de un tipo de ‘mente cartesiano-kantiana’, de un “ego racional”), es decir principalmente para que lean y escriban bien, descuidando con este dualismo la parte emotiva-instintiva de nuestra naturaleza biológica y de nuestra sensibilidad.

La actual civilización andina conserva bien, como es evidente, el sentido cultural del ‘allin munay’, principio Inka que señala que para vivir o existir espléndidamente se debe ‘querer bien’, ‘amar fuerte’, y saber sentir al cosmos, a la comunidad, a los semejantes y al medio circundante, madre naturaleza o Pachamama. Debe quedar muy claro que los principios Inkas del ‘allin munay’ o ‘querer bien’, ‘sentir bien’; del ‘allin yachay’ o ‘pensar bien’, ‘saber bien’ y del ‘allin ruay’ o ‘hacer bien’, son los tres pilares sobre los que se construye el allin káusay o Sumaq Káusay; forma o ‘modo’ de vida y de existencia que tiene una connotación estética muy diferente a las de otras culturas, pues “Sumaq” es un adjetivo que califica lo hermoso, lo bello, pero que en las culturas andinas suele coincidir con el ‘allin’ que es lo ‘bueno’, ‘lo espléndido’, ‘lo excelente’. Así los principios ‘éticos’ en nuestro ‘Orden Andino’ coinciden plenamente con el pensar, el sentir y el hacer estético en el devenir de la vida, y que tiene una muy particular expresión en el festejo del producir y reproducir la vida para la vida.


En definitiva el ser humano es el puente que hace posible seguir tejiendo la sagrada trama de la vida. Es en su corazón que debe habitar siempre la alegría para hacer posible el “buen vivir” o satori oriental.
Cuando Europa descubrió América, se encontró frente a frente con una utopía real, con un «saber vivir bien» del indígena americano que hizo germinar en la mente del intelectual europeo la idea de que otro mundo era posible. El ideario de la revolución francesa, la constitución americana, el socialismo utópico y el ecologismo, constituyen algunos de los intentos del europeo por implementar en una sociedad individualista, mercantilizada y estratificada ese vivir bien y con dignidad del indio americano.

Del libro «KiSud: una expresion de la cultura americana» de Claudio Marquez, Uriel Satori Editores. Buenos Aires.

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