Hoy en día podemos observar numerosas situaciones que ponen de manifiesto una perturbación en el equilibrio de nuestro sistema energético. Muy a menudo nos sentimos cansados, vacíos, sin fuerzas y totalmente agotados en nuestra capacidad creativa.  Nuestras relaciones con los demás parecen haber dejado de funcionar tanto en el ámbito de nuestra vida familiar y social así como también en nuestros lugares de trabajo: en ambos podemos registrar un estado de agotamiento, fastidio, enojo, violencia verbal y psicológica.

Una sensación de desprotección e inseguridad se hace cada vez más presente en nuestro entorno al punto de estar casi completamente instalada en nosotros despertando nuestros miedos más profundos y secretos.

Esto desbalancea nuestra energía y nos vuelve cada vez más expuestos y vulnerables ante energías “negativas”, envidias, rencores y malos humores.

Cuando hablamos de energía “negativa” no nos referimos a cargas eléctricas, que en sí no son ni “buenas” ni “malas”, sino más bien a aquellas energías no deseadas, las que, al entrar en contacto con nosotros, nos hacen perder el equilibrio o que nos dejan perturbados, molestos, incómodos.

Es preciso recuperar la armonía y la capacidad de resistir o neutralizar cualquier tipo de energía no deseada, volver a sentirnos dueños de nosotros mismos.  El primer paso consiste en darnos cuenta de cómo estamos realmente y cuanto nos afecta la realidad en que vivimos.

Para ello es muy importante tener en cuenta la elección de nuestro estilo de vida y saber hasta qué punto puede contribuir a mejorar o agravar el problema.

Un estilo de vida saludable (una alimentación adecuada a nuestras necesidades, una actividad física moderada practicada regularmente, el cuidado de las emociones, las prácticas espirituales y las relaciones sanas) unido a la práctica de ejercicios que nos permitan activar al máximo nuestras defensas y nuestro pleno potencial como personas  son las herramientas más valiosas que nos ayudan a construir y fortalecer concretamente nuestro sistema de protección. Los ejercicios de protección energética y todos los recursos y herramientas que aprendemos están destinados a evitar que energías no deseadas, externas a nosotros, puedan afectarnos ya sea neutralizándolas, rechazándolas  y evitando su ataque.Busquemos en este mismo blog las técnicas que nos ayuden a usar esta energía vital en pos de nuestra auto realización. Única tarea necesaria.