Tenemos que preguntarnos cuál fue la circunstancia o persona que nos llevó a iniciarnos en Reiki, y saber qué se activo en nosotros en aquel momento. Así, una vez que lo conozcamos, podremos volver a usar esa fuerza interna para retroalimentarnos y renacer cada vez que lo deseemos.

Es bueno saber la motivación que nos llevó a este camino, para saber qué nos motiva a seguir en él. Si tenemos en claro nuestra motivación y objetivo esenciales, podemos ir hacia delante aunque haya adversidades, y sabremos cómo enfrentar las nuevas situaciones, miedos y problemas que puedan presentarse.
Ese conocimiento es también una herramienta para analizar el presente de cada uno y darnos cuenta dónde estamos, y por qué estamos donde estamos. Podemos utilizarlo por ejemplo en momentos de depresión, confusión o crisis, ya que al conectarnos con esas fuerzas y motivaciones ocultas, podemos disipar esos estados y sobreponernos a ellos.
En esos momentos, preguntémonos: ¿qué es lo que me mueve dentro de mí?, ¿cuáles son las fuerzas internas que me motivan a cambiar?
Saber cómo se produjo esa motivación, con la confianza plena en nosotros y ver cómo y cuál es ese mecanismo en nosotros, nos permitirá volver a conectarnos con eso y detonarlo en nuestra vida nuevamente.
Como comienza algo, termina. Esto significa que el fin se encuentra siempre relacionado con el comienzo y condicionado por este. Así, al ponernos en contacto y reconectarnos con esa fuerza original, podemos seguir guiando y reorientando nuestro camino y evolución en Reiki, haciendo posible realizar y concretar aquello que tiene que ver con nuestras motivaciones y necesidades más profundas y esenciales.

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