Por tradición familiar, al viajar suelo recorrer y detenerme en aquellos lugares menos turísticos. No es que me guste aislarme, sino que disfruto mucho de la tranquilidad de saberme inmerso en medio de la Creación, en sitios donde a pocos se les ocurriría quedarse.
Me pasó al subirme a «la trochita» ese viaje en tren desde Esquel, donde estuve hace ya muchos años, y más recientemente al viajar a Salta, viniendo desde Catamarca y Tucumán, con destino a Cachi. El lugar es sin duda mágico, especial. Se llama Angastaco y está en la zona de los Valles Calchaquíes en la zona de influencia de la ruta nacional 40. Son unas extrañas geoformas que pueden verse con facilidad a los costados del camino, en la Quebrada de las Flechas.
Es un lugar fuera del tiempo, donde la mente se expande sin necesidad de practicar nada. Donde con solo estar parado allí, se siente que todo está en su lugar, que no hay más apuro por llegar a algún sitio porque se está en el. El cuerpo – mente – espíritu regresó a casa.
Lo que vemos con nuestros ojos físicos es un paisaje que, sin dudas, se asemeja al que podemos ver dentro nuestro al cerrar los ojos y bucear serenamente en nuestro espacio interior.
Llegar por esa ruta polvorienta y encontrarse de repente con estas formaciones, hace que detengamos de inmediato el andar, porque hemos dado con el lugar que buscábamos. La realidad se asemeja mucho a nuestros sueños. El viaje termina, justo cuando creíamos que nos faltaba mucho más. Y allí agradecemos. Primero a aquello que nos movilizó, nos dio el impulso para arrancar, y luego a esa fuerza que nos mantuvo en el camino, aun con calor, molestias e inseguridad acerca de nuestra orientación, de la que siempre dudamos acerca de si fue buena o mala la elección de la ruta que tomamos.
Y seguimos agradeciendo, aunque no hayamos llegado a Marte. La vida es un milagro y nosotros estamos dentro, creando belleza, en el lugar donde cada día nos paramos lúcidos y agradecidos.
Viste Claudio que increíble!… después de tantos años de meditación hay paisajes que en un instante nos conectan con el Satori y nos confirman lo valiosas que son nuestras prácticas espirituales y todas las técnicas que enseñamos para que se multipliquen.
Una vez más tu estilo literario invita a disfrutar la lectura.
Un cordial saludo.
Elvira
Hola Elvira, faltan las fotos, màs tarde las subo y al menos compartimos una!
Hola Cladio, buen día de domingo y te cuento que nosotros tuvimos la bendición de conocer los valles calchaquíes, donde uno se siente tan bien, tan oxigenado, tan libre de todo que es cierto uno se conecta con lo superior, por lo menos es lo que sentimos con Ricardo.Al lugar no lo recuerdo y te aseguro que la próxima que viajemos para ese maravilloso lugar lo buscaré para poder disfrutarlo y espero las fotos, chauuu y muy buena semana.
Claro que lo vas a ubicar, cuando vas para Molinos, que es un pequeño y hermoso lugar, que lo están cuidando mucho, haciéndolo progresar pero bien, con criterio de cuidarlo, a la vez de resaltar su tranquilidad y ritmo de pueblo. Un saludo!
Querido Claudio: Como alumno a la distancia te agradezco esta forma de estar cerca de nosotros compartiendo tus conocimientos y ayudandonos a encontrarnos. Te cuento brevemente que GRACIAS a vos conoci este hermoso regalo que es reiki y que sin grandes cosas uno recupera lo esencial del «contacto con nuestros hermanos», si bien aún no he tomado alguno de tus seminarios te sigo a diario por los programas, libros y la web.. Espero, de corazón, estes y sigas muy bien. desde ya mil gracias y seguiremos en contacto.Namasté.
Gracias Nicolás! Donde quiera que nos encotremos la red de la vida nos vuelve a unir una y otra vez como hermanos de las estrellas que somos! Un abrazo de corazón para tu ser y tu luz!
Hola Claudio !!! Siempre sueño con ir a Salta, varias cosas me dicen que tengo que ir… Y leyendo lo que contás, creo que no me equivoco y me dan más ganas de ir. Ya lo voy a concretar !!
Por otro lado decirte Gracias por ser mi Maestro !! Desde el domingo pasado se abrió un nuevo caminito en mi vida, y vos me lo mostraste… Por eso te quiero, aún sin casi conocerte, por ser mi Maestro y hacerlo con tanto cariño y dulzura… Besos !! Ceci
Hola Cecilia! Ya estás camino a Salta! Ni que dudarlo que recorrerás este y muchos otros lugares a los que serás guiada. Eso sí: los viajeros experimentados dicen que siempre que uno viaja, hay que dejar calles o lugares sin recorrer, como diciendo: «la próxima vez, voy a meterme en ese camino o en esa calle», así cuando regresamos a casa, seguimos motivados por el siguiente viaje. La vida no se detiene y es un milagro a experimentar en cada momento. Un abrazo y gracias por compartir la siembra de reiki!
Qué blog hermoso!!!, con ejercicios, prólogos que te entusiasman para leer el contenido de sus libros, alimentación energética, pensamientos y hasta el regalo del relato de un viaje a Salta, que gracias a Dios pude conocer y enamorarme de su increíble belleza. Disfruté de la lectura que me transportó mágicamente a los Valles Calchaquiés y me dio unas enormes ganas de volver!!! Sinceramente cada día escribís más lindo!!!
Una segunda lectura me llevó a mi propio viaje en estos últimos 10 años, y caí en la cuenta que lo que vos sentiste en Angastaco es lo que vivencié tantas veces en la Escuela: la sensación de estar fuera del tiempo y del espacio, de haber llegado “al lugar”, con el corazón pleno de alegría y mi alma llena de paz. Y agradeciendo durante y al final de las clases la guía y la motivación que habían hecho que yo estuviera allí. … Encontré mi Angastaco en tu escuela.
Y la práctica de reiki, quién mejor que vos lo sabe, te lleva a ese encantamiento que te permite estar frente a la misma situación parado de manera diferente, como variando el ángulo de visión que permite que aprecies nuevas formas y matices que cambian tu realidad, al igual que sucede cuando te adentrás por el camino polvoriento para ver las geoformas.
Qué bueno también es leer los comentarios de mis compas de Reiki, y tus respuestas. Me recuerdan el final de algunas de tus clases en las que te quedás para charlar de temas varios o de bueyes perdidos y compartimos momentos geniales, desestructurados, y hasta terminamos encontrando los bueyes, ja,ja,ja.
Mil gracias por este blog, por tu dedicación en la búsqueda de material que nos ayude a estar bien, o como siempre nos deseas: a ser cada día más felices, y por esta oportunidad de sentirnos cerca de vos y de cada uno de los que escribe en esta red expresando su amor, su gratitud, y la esperanza por tiempos más armoniosos para todo el mundo.
Un abrazo grandote.
Patricia, me saco el sombrero y lejos que vos escribís mejor, igual me defiendo, hago nomás. Valoro tu comentario acerca de que reiki te permite, cada vez, ver la misma situación aunque con ojos nuevos. Por eso no me canso de difundir y recomendar reiki, aun a riesgo de parecer hincha con todo esto. Es que necesitamos saber adaptarnos con flexibilidad cada mañana de nuestra vida, a los nuevos acontecimientos, sintiendo que podemos con ellos. Empoderízate muchacha! Un abrazo!
Muchas gracias Claudio por tu respuesta. Ayer estuve en reunión en el cole y comentaron unas frases que Mamerto Menapace les ofreció el día anterior al grupo de pastoral, que están relacionadas tanto al poema de Tamayo Vargas como al espíritu con el que dejás impreso en todos los que tenemos la posibilidad de escucharte: la esperanza del cambio interior como proyección de un mundo mejor. Y dijo así: «el pan nace de la esperanza del campesino que siembra. Siembra porque cree en la fecundidad de la tierra y en el poder germinal de la semilla.» Gracias por ver en cada uno de nosotros esa fecundidad y la posibilidad de trascender. Y muy bien venido el empujoncito 🙂 !!!.
Abrazo grande.
Patricia, uno crece cuando le tienen confianza, cuando quienes nos guían confían en las bondades implícitas en nuestros corazones desde el nacimiento. Eso nos hace sentir amados, más allá de la familia, desde el lugar universal de esa fuerza que llamamos Dios de diferentes maneras. Me fascina Menapace y me doy cuenta de que también debo reconocer a otro grande como Anthony de Mello. Un abrazo!
Patricia: gracias por tus comentarios tan nutritivos!
Hola Diego,
gracias a vos! Es raro ver que nos contestemos entre nosotros en el blog de Claudio. Qué estés super en Mendoza!
Que hermoso el comentario sobre el viaje a Salta. Hace rato que quiero ir. Adoro los Valles Calchaquies, donde he tenido oportunidad de estar un par de veces. Me encontré por allí con las ruinas de los Quilmes, un lugar bellísimo donde me sentí fuera del tiempo y en perfecta armonía con la vida, sin apuro, sin vanidades, sin necesidad de llenarme de cosas inútiles. Otro lugar maravilloso que jamás olvidaré, fueron las Ruinas Mayas de Tikal en Guatemala. Muchas veces cierro los ojos y trato de volver a ellas con mi imaginación ,..allá arriba de una pirámide ..sintiéndome dueña del mundo. Sin duda la naturaleza nos ordena interiormente y nos deja atónitos frente a su sencilla majestuosidad .
cariños
Hola Alicia, los viajes amplían la conciencia y son una maravillosa manera de ver el mundo variopinto y bello, a fin de tomar fuerzas para hacer todo lo necesario para salvarlo y preservarlo para los que estamos y para los que vendrán. Aguante la vida!
Claudio… qué lindo este relato de tu viaje! hace una semana regresé de unas vacaciones en Capilla del Monte, y tuve una sensación similar a la que comentás contemplando el Cerro Uritorco y en general toda la zona… de repente descubrí ese paisaje tan vivo, tan grandioso… no podía dejar de admirarlo, quedaba hipnotizada frente a tanta perfección de la naturaleza que entraba por mis ojos y por todos mis sentidos… y en ese escenario podía sentirme realmente parte del Universo, una pequeñísima parte…y surgían en mi mente sólo pensamientos de agradecimiento. Pude ver la luna grande del 19-03, justo «naciendo» detrás del cerro, más iluminada y espléndida que nunca, bañando de amarillo lunar todo el borde de la cadena del cerro… y las lágrimas me brotaban al ver ese milagro sucediendo una vez más en la historia del mundo pero esta vez frente a mis ojos… y comprendí el concepto de «Sagrado» que los nativos (en esas tierras los Comechingones) le daban a la naturaleza en general… cómo no sentirlo así?! si al ver tanto esplendor instantáneamente mi alma se inclinó en reverencia, y mi cuerpo parecía querer mecerse al ritmo de alguna danza milenaria que resurgía en mi sangre… Un momento maravilloso, de esos en los que se abre una ventana desde la que se percibe la grandeza de la vida, en que el espíritu comprende, recuerda, y todas las cuestiones de la vida cotidiana (me duele, me pica, no me llama, cuánto tengo, cuánto me falta..) se caen desplomadas y la mente se rinde ante la creación…
Gracias por compartir tus experiencias en este espacio Claudio! me diste pié para expresar esto que yo sentí sabiendo que aquí hay alguien que entenderá de qué estoy hablando…
Besos!
Hola Mariana! Gracias por compartir tan hermosas experiencias. Leyendo tu relato, viajé por un rato a esos mismos sitios y vi la misma luna. Maravilloso que hayas rescatado para vos, y para nosotros, la vivencia del no tiempo en aquellos lugares. Lo que escribiste, lo hiciste imbuída en el espíritu mismo de lo que sentiste, nos transmitiste lo esencial de tu viaje, tu vivencia desde el corazón. Y esa era también, otra manera de reverenciar la vida en los pueblos originarios: el «relato» contado alrededor del fuego, con los oídos atentos, absorbiendo en ese instante, la sabiduría que nos transmiten quienes van creciendo, relatando su propio viaje. Un abrazo!
Estimado Sensei:
Gracias gracias gracias por este artículo. Me sumo al comentario de Patricia que cada artículo escribís más bello. Quedé resonando con tu analogía con Marte y eso me llevó a Phillip Dick, a la película «El Vengador del Futuro» que está basada en un texto suyo. Esa analogía de Marte como paisaje interno, como un retorno al hogar, justamente que hay algunos que sostienen que parte de la raza humana vino de Marte…
In Lakesh
Hola Diego! Es así, hay que darle lugar a todas las teorías, un poco de cada una vamos construyendo el nuevo relato de la creación, tan necesario. Carecemos de un relato de la creación para ser pasado a futuras generaciones, al menos carecemos del relato que nosotros podríamos dejar. Haber hay muchos, todos repiten el paradigma que nos llevó a un estado límite en nuestra relación con la vida, la tierra, los demás seres, las otras especies. Aportemos a través de nuestras prácticas, un nuevo enfoque acerca de la Creación, herencia que se multiplicará en los corazones mejor preparados que ya llegan a la tierra! Un abrazo!
Claudio!!,..Que Hermoso debe ser ese lugar «Mágico» que vos llamas fuera del tiempo!!,..a medida que lo relatas, nos vas trasladando a el!,..me gusto mucho cuando decís que en ese lugar no hace falta hacer nada para estar bien!!,.. transmitís con tu relato la suave energía que debe de reinar en el y creo que lograste trasladarme!,…Gracias por compartirlo!!,..¡¡¡Un fuerte abrazo de agradecimiento!!! *Ada*
Hola Ada! Resulta raro ese lugar, especial. Pararse en el silencio, en la mismísima ruta, o adentrarse un poco en esas formaciones, tiene un efecto transformador. Como un baño de trasmutación. Bonita experiencia!
Gracias!!..tu relato me sigue transportando!!,..Gracias por transitar el mismo camino!!,..Gracias por estar!!,..Bendiciones!!!!!!!♥*