Prematuro
Un descubrimiento es prematuro si sus implicancias no pueden conectarse, por una serie de simples pasos lógicos, con un conocimiento canónico o generalmente aceptado.
Stent (1972) Texto del Dr James Oschman
Algunos descubrimientos se realizan antes de tiempo y simplemente no pueden integrarse al pensamiento contemporáneo. Conceptos como “energía de vida” y “energía sanadora” han surgido muchas veces con el correr de los siglos, pero hasta no hace mucho, estos conceptos eran clásicos ejemplos por ser prematuros.
Esta situación ahora ha cambiado. Se ha establecido una base firme para fenómenos energéticos que anteriormente eran considerados como imposibles o improbables. Los científicos desarrollaron conexiones mensurables y lógicas más que adecuadas, entre los campos energéticos biológicos y el conocimiento científico generalmente aceptado. Los descubrimientos claves se han realizado en el curso de la ciencia común, en una amplia gama de disciplinas, siguiendo los métodos y la lógica tradicionales. Debido al tradicional prejuicio contra cualquier revisión de tópicos tales como “energía sanadora” y “fuerza de vida”, se ha llevado a cabo una verdadera revolución científica, sin atraer ningún tipo de interés de la comunidad académica. Esperamos que este tiempo actual presente el tema a los que pertenecen a la comunidad de investigación biomédica que tienen la suficiente amplitud de criterio, para considerar nuevas posibilidades para la investigación y las aplicaciones clínicas.
A continuación se enumera una síntesis de los adelantos claves que se han tratado en los últimos tiempos:
A comienzos del siglo XX se descubrió que los diversos órganos del cuerpo producen campos eléctricos que pueden detectarse en la piel. Esto condujo a importantes herramientas clínicas como la electrocardiografía y la electroencefalografía.
Cuando las corrientes eléctricas fluyen por los tejidos, las leyes de la física dictan que en la región circundante probablemente se crean campos magnéticos, pero no fue hasta la década de 1950 cuando se desarrollaron los instrumentos para detectarlos. El magnetómetro SQUID ahora se emplea en los laboratorios de investigación médica en todo el mundo, para trazar un mapa de los campos biomagnéticos siempre cambiantes, producidos por diversos órganos. Esto llevó a crear nuevas herramientas clínicas como la magnetocardiografía y la magnetoencefalografía.
Los investigadores médicos han explorado las aplicación de campos eléctricos y magnéticos para estimular la sanación. Los campos magnéticos pulsantes son particularmente eficaces. Es asombroso que estos campos puedan ser emitidos también desde la mano humana bajo ciertas condiciones. Estas emisiones naturales barren hacia arriba y abajo por todo el rango de frecuencias con una demostrada eficacia terapéutica. Las frecuencias emitidas están influidas por los ritmos geofísicos, los cuales pueden sincronizar las ondas cerebrales y otros ritmos biológicos. Esto se correlaciona con el descubrimiento de que los sistemas vivientes responden a campos energéticos externos en los límites impuestos por las leyes de la física, o cerca de ellos (Bialek 1987). Una vez extraída la información del medioambiente, la matriz viviente y el sistema nervioso pueden procesar la información, sin hacer ningún tipo de ruido.
Los fotómetros sensibles y las técnicas por imágenes termográficas, han permitido que los científicos trazaran un mapa de los patrones de luz y calor emitidos por las células, tejidos, órganos y todo el cuerpo.
Los métodos espectroscópicos revelan las emisiones energéticas y las absorciones de moléculas y, por lo tanto, revelan también los papeles que desempeñan los campos energéticos en los procesos moleculares, incluyendo las interacciones entre los receptores de hormonas, y los anticuerpos – antígenos y las alergias. El espectroscopio brinda la base de la farmacología, homeopatía, aromaterapia y herboristería.
Los biólogos celulares están reconociendo que las regulaciones incluyen más que impulsos nerviosos y hormonas. Las matrices nucleares, citoplasmáticas y extracelulares, forman un sistema de comunicación interconectado y continuo. El estado sólido, las propiedades electrónicas, fotónicas y vibratorias de esta continuidad de la matriz viviente, desempeñan un papel clave en la integración de las funciones, incluyendo reparación de lesiones y defensa contra las enfermedades. Los conceptos de tensegridad explican cómo las diversas formas de energía se absorben y son conducidas por el marco del cuerpo, afectando a todas las células. Los movimientos, las tensiones y otras energías conducidas por este sistema, interactúan con el metabolismo y el material genético. Las vibraciones de las moléculas de la matriz viviente son afectadas por las actividades celulares, los factores de crecimiento, carcinogenesis y estados emocionales.
Algunos de los fenómenos vibratorios en la matriz viviente son coherentes o parecidos al láser, en naturaleza. El alto grado de regularidad o cristalinidad que se halla en muchos tejidos, va de la mano de la regularidad o coherencia de los sistemas energéticos.
Sobre la base de lo que hoy se conoce acerca del papel que desempeñan las energías eléctrica, magnética, elástica, acústica, térmica, gravitacional y fotónica en los sistemas vivientes, parece que en ellos no existe sólo una “fuerza de vida” o “energía sanadora”, sino que hay muchos sistemas energéticos en el cuerpo viviente, y muchas maneras de influir en esos sistemas. Lo que nosotros llamamos “estado viviente” y “salud” son todos estos sistemas, tanto conocidos como desconocidos, que funcionan colectivamente de manera cooperativa y sinérgica. El debate sobre si existe una cosa tal como la energía sanadora o fuerza de vida, se está reemplazando con el estudio de las interacciones entre los campos energéticos biológicos, las estructuras y las funciones.
Como complemento de estos descubrimientos científicos hay una larga historia de evidencia empírica y técnica clínica, desarrolladas por terapeutas de diversos tipos, que han pulido su percepción e intuición para lograr una profunda introspección en los sistemas vivientes. La creciente popularidad del trabajo corporal, terapias energéticas y movimiento, nos conduce a la síntesis de ideas que serán benéficas para todos.
Al mismo tiempo, el descubrimiento de que los sistemas vivientes responden a diminutos campos electromagnéticos, nos ha conducido a la preocupación de que la contaminación electromagnética en nuestro medioambiente, puede ser peligrosa para la salud. Algunos físicos han asumido la posición de que tal peligro no existe, o es menor, basándose en su profunda comprensión de los fenómenos electromagnéticos. El problema con esto es que si bien el electromagnetismo ha sido ampliamente examinado por los físicos, el estudio del electromagnetismo biológico recién empieza. Esta cuestión comenzó a articularse hace algunos años por un físico llamado Werner Heisenberg: “Algo debe agregarse a las leyes de la física y la química, antes de que los fenómenos biológicos puedan ser comprendidos por completo”.
Emisiones de las manos de los terapeutas
De todos los descubrimientos resumidos precedentemente, el más tenue y a la vez el más emocionante, es el de los enormes campos biomagnéticos emitidos de las manos de los terapeutas de diverso tipo. Si el fenómeno es tan firme y repetible como parece, su documentación por Zimmerman (1965) y Seto y otros (1992) (ver Capítulos 6 y 7), ocupará un importante lugar en la historia de la biología médica.
El descubrimiento es tenue en cuanto a que no ha sido ampliamente replicado. Más aún, sería útil tener un detallado análisis del espectro de las emisiones desde las manos. De la información hasta aquí presentada, esperamos hallar las señales que representan una amplia gama de las actividades moleculares, celulares, de los tejidos, órganos y todo el cuerpo. Las emisiones magnéticas probablemente están acompañadas por una mezcla de energía acústica, fotónica, térmica y otras formas energéticas……