Quien se dedica a juzgar no tiene tiempo para amar.
1. Recordar que todos somos humanos: a veces nos olvidamos que todos somos iguales, de carne y hueso, con virtudes y defectos, con ilusiones y sufrimientos… cuerpo, intelecto, emociones y espíritu… todos queremos ser felices…
2. Los tiempos han cambiado y el modo de pensar de la gente también, por lo tanto es importante que vivamos plenamente en el momento presente.
3. Informarse y conocer antes de emitir una opinión.
4. No generalizar y aprender a llamar las cosas por su nombre.
Hacer una lista de las palabras cargadas de prejuicio que disparan en nosotros sentimientos y actitudes negativas y discriminatorias hacia personas o situaciones.
Ser conscientes de las asociaciones de palabras e imágenes que surgen inconscientemente en nosotros, producen sentimientos desagradables y generan en nosotros actitudes discriminatorias, nos ayudará a recuperar el control de nuestra mente y elegir nuestra forma de reaccionar.
Si nos detenemos a ver de dónde proviene esta concepción probablemente nos daremos cuenta que tiene su origen en el pasado, tal vez se trate de algo que nos transmitieron en la niñez o de alguna situación que nos afectó negativamente.
Tres tips para recordar
• No permitas que el desagrado se convierta en odio, enojo o ira.
• Aprende el arte de perdonar y olvidar.
• Intenta resolver los conflictos
Muy bueno,maestro.- El contenido cuantas veces las personas de hoy en dia, juzgan a los demás sin verse a sí mismo,quizás ellos mismos son los que están mal y no se dán cuenta,es muy fácil hechar la culpa.-
Gracias!!! Maestro.-
Pues hay un solo lugar: o lo ocupamos con el amor o lo ocuparà el juzgar, màs facil y menos (aparentemente) comprometido. Un abrazo!